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¿Es mi secreción vaginal normal?

La secreción o flujo vaginal es normal y tiene varias funciones importantes: limpia y lubrica la vagina, y ayuda a prevenir y combatir problemas microbianos e infecciones. Revisar tu flujo vaginal puede ayudarte a detectar problemas anticipadamente, y mantener una buena salud vaginal.

¿Qué es normal?

Una secreción vaginal normal suele ser de transparente a blanco turbio, huele ligeramente ácida (como el vinagre) y puede ser espesa o fina. El flujo vaginal normal puede variar en textura. Puede ser fino, pegajoso y elástico, o espeso y viscoso. Puedes notar pequeños cambios en la textura y cantidad de tu flujo cuando estás excitada sexualmente, antes del periodo, durante la ovulación, durante la lactancia y la menopausia.

Es normal que tu flujo vaginal varíe ligeramente, pero es importante conocer las diferencias entre una secreción vaginal normal y una anormal. Esto te ayudará a reconocer si los cambios en tu flujo vaginal indican un problema, o si merecen una investigación adicional.

«Si piensas que puedes tener una ETS, es importante que acudas a tu médico rápidamente. Acude también directamente a tu médico si tienes secreción vaginal con fiebre, o dolor en la zona abdominal o pélvica.»

Comprueba tu flujo regularmente para detectar cualquier cambio

Es importante comprobar tu flujo vaginal y estar atenta a cualquier cambio. Los siguientes cambios pueden indicar un problema:

  • Cambio en el olor (especialmente mal olor u olor a pescado)
  • Cambio en color (a verdoso, grisáceo o cualquiera parecido a pus)
  • Cambio en textura (a espumoso o grumoso y espeso, como requesón)
  • Picazón vaginal, ardor, inflamación o enrojecimiento
  • Sangrado o manchado vaginal fuera del periodo

Las infecciones vaginales, como la vaginosis bacteriana o la candidiasis (hongos) son causas frecuentes de una secreción vaginal anormal. Algunas infecciones que pueden provocar cambios en la secreción vaginal se transmiten sexualmente (ETSs), como la gonorrea. Otras infecciones pueden suceder con o sin sexo, como la vaginosis bacteriana o una infección por hongos.

Los síntomas de estas infecciones pueden ser muy parecidos, pero existen algunas diferencias:

  • Las infecciones por hongos provocan que tu flujo se vuelva opaco, blanco y espeso, similar al requesón. Una infección por hongos (candidiasis) no suele cursar con un olor fuerte, pero puede causar picor y ardor severo.
  • La vaginosis bacteriana (VB) hace que tu flujo tenga un olor desagradable, como a pescado. El flujo puede ser fino y grisáceo en color.
  • La tricomoniasis, una enfermedad de transmisión sexual (ETS) común, cursa con un olor fuerte. El flujo suele ir de amarillo a verde en color y se vuelve espumoso